Si vivimos con personas mayores, con discapacidad o movilidad reducida, es esencial facilitarles el acceso a todos los rincones de la casa. Esto solo será posible mediante un ascensor, silla o plataforma elevadora que le ayude a subir y bajar alturas.
Esta última es la alternativa más económica que se encuentra en la actualidad, pero su instalación y utilidad dependen de varios factores. Veamos las dos opciones en detalle.
Sillas salvaescaleras
Las sillas salvaescaleras son realmente cómodas y tienen la opción de instalarse tanto en interiores como en las escaleras externas.
En este último caso, es importante que seleccionemos un modelo que resista a los elementos como la lluvia, el sol y que no se ensucie fácilmente. Sin embargo, no es una opción recomendada para la mejora de la accesibilidad en un edificio, ya que son lentas y ocupan espacio en las escaleras.
Asimismo, se deben considerar los aspectos estructurales del lugar donde se instalará la silla.
¿Es un tramo recto o hay una curva?
En función de esto, el modelo y el precio será diferente.
Además, se debe valorar el espacio disponible.
Si las escaleras son muy angostas, es relevante que quede espacio suficiente para que pasen otras personas. En ese caso, podría ser indicada una silla plegable.
La instalación es otro punto a tener en cuenta. Antes de tomar una decisión, analiza las calidades, más allá del asiento, como su sistema eléctrico, los rieles, la batería…
Así como también, preguntar por el tiempo de instalación, lo normal es que no tarde más de un día.